A 40 AÑOS
VIVA LA HEROICA GESTA DE MALVINAS
Todas las guerras son dolorosas, pero hay guerras injustas y guerras justas. Las guerras de invasión, de ocupación, son injustas y las impulsan los imperialismos para la expansión de sus dominios de opresión, muchas veces usando contradicciones entre países hermanos, disputados por una u otra potencia.
Las guerras de liberación o recuperación son justas, como las guerras de nuestra Independencia, y las impulsan los pueblos y naciones oprimidas por los poderosos del mundo.
El 2 de abril de 1982 fueron recuperadas para la soberanía nacional las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur. La bárbara agresión del imperialismo inglés, posterior a este acto, impuso a la Argentina una guerra nacional que duró hasta el 14 de junio.
La recuperación de Malvinas fue una guerra justa desde el punto de vista nacional y desde el punto de vista de la contradicción del mundo moderno, entre los países imperialistas opresores y los países dependientes oprimidos. Fue un hecho de estricta justicia recuperarlas del colonialismo inglés, que reaccionó desatando todo su poderío, apoyado por el imperialismo yanqui y la OTAN, evitando perder un enclave fundamental para controlar el único paso natural entre el Océano Atlántico y el Pacífico, de vital y estratégica importancia en una contienda mundial. Ni rusos ni chinos vetaron en las Naciones Unidas la propuesta inglesa. En ese momento, sólo contamos con el apoyo de los países del Tercer Mundo y de América Latina, en particular Perú, Cuba y Venezuela.
La lección de Malvinas demuestra que quienes quisieron pelear, y lo hicieron con patriotismo, vieron malograr su empeño por una dictadura que era un instrumento fundamental del sistema de sometimiento nacional y de dominación oligárquica. La unión nacional contra la agresión imperialista exigía la más amplia y profunda movilización del pueblo para que este tomase en sus manos la defensa de la patria, creando las condiciones para una defensa nacional basada en las mejores tradiciones de la lucha por la independencia nacional frente a España y las dos primeras invasiones inglesas: pueblo y nación en armas. Tal como lo hacen hoy los pueblos y naciones que no se arrodillan ante las grandes potencias, se debía nacionalizar las estancias de propiedad inglesa, los bienes de las compañías británicas, no pagar la deuda externa con Gran Bretaña y prepararnos para una lucha prolongada.
Las consecuencias de esta guerra para la conciencia antiimperialista del pueblo argentino fueron muy grandes. Grandes masas populares se sintieron estafadas. Las clases dominantes desataron una feroz campaña desmalvinizadora, tratando de contrarrestar el sentimiento antiimperialista que abrió esta guerra. Los ex combatientes fueron olvidados y maltratados, negándose hasta el día de hoy el reconocimiento que se merecen y la resolución de sus urgencias más elementales.
En las calles de todo el país homenajeamos a nuestros héroes y reivindicamos que las Malvinas son argentinas.
Denunciamos las actividades con las que agentes ingleses como Lewis, que desde el territorio argentino en sus miles de hectáreas ilegalmente apropiadas en el sur y con una pista de aterrizaje más grande que el aeropuerto de Buenos Aires, impulsan la desmalvinización, mientras Inglaterra refuerza sus tropas y sus submarinos atómicos en las islas y las aguas del Atlántico Sur, y pretenden adueñarse del Sector Antártico Argentino.
Repudiamos la condecoración que el Jefe de la Policía Federal realizara al inglés designado provocativamente para encabezar la delegación de 142 burócratas del FMI, que tiene como función monitorear diariamente con evaluaciones trimestrales la política argentina, producto del Acuerdo de cogobierno recientemente aprobado, que legaliza la estafa macrista.
Las clases dominantes, los imperialismos, los poderosos del mundo machacan para imponer la idea de que un país chico y militarmente más débil no se puede levantar con dignidad, valentía y coraje para terminar con tanto saqueo, que nos sumerge cada vez más en la pobreza. Si los patriotas de nuestra independencia como San Martín y Belgrano se hubieran resignado a ese papel, las heroicas batallas emancipadoras con la participación popular no hubieran logrado la libertad de medio continente y no serían todavía estudiadas en las escuelas de guerra del mundo, al igual que las heroicas batallas de nuestros héroes de Malvinas, reconocidas hasta por los enemigos.
Ese es el espíritu indomable que debe resurgir en el pueblo argentino, para dar vuelta el viento del posibilismo que nos imponen los poderosos, para su beneficio.
Fuera ingleses de Malvinas, fuera todos los imperialismos de Argentina. Ni amo viejo ni amo nuevo.
Malvinas ¡¡Volveremos!!
Rodolfo Schwartz
Diputado Provincial Chaco
Partido del Trabajo y del Pueblo
Partido Comunista Revolucionario
En el Frente de Todos