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El valor del servicio de techo rural: construyendo arraigo y dignidad
La construcción de soluciones habitacionales en zonas rurales no solo responde a una necesidad concreta de vivienda, sino que también se convierte en una herramienta fundamental para fortalecer el arraigo de las familias en sus territorios. Este trabajo adquiere mayor relevancia cuando se trata de familias pertenecientes a Pueblos Originarios, quienes históricamente han sido despojados de sus tierras y marginados de las políticas públicas.
En tan solo cinco días, el Servicio de Techos en el Lote 39 de Napalpí, Machagai, mostró cómo la organización comunitaria puede lograr transformaciones concretas. La movilización de recursos logísticos y técnicos, junto a la impresionante predisposición al trabajo y el compromiso por garantizar las mejores condiciones para los obreros y técnicos involucrados, es una muestra del poder de la unidad en la lucha por mejores condiciones de vida.
La juventud, comprometida con esta causa, no solo colabora en las tareas, sino que también hace visible su mensaje de esperanza y resistencia. Durante sus torneos de fútbol, portan orgullosamente carteles que rezan «Ni un joven más se va del campo», demostrando su apoyo a esta lucha por el arraigo y la dignidad rural.
Estas iniciativas son un paso más en el camino hacia la reparación histórica de comunidades que, como las de Napalpí, enfrentan desigualdades profundas. En cada obra, en cada techo levantado, se construye algo más que una vivienda: se construyen sueños, arraigo y la posibilidad de un futuro con raíces firmes en la tierra que les pertenece.
Servicio de Techos Rural, #Napalpí, Lote 39, Machagai. Día 5.