Hoy asistimos con más fuerza que nunca, con la misma decisión y sacrificio como hace décadas atrás cuando inició la conmemoración de esta fecha. Inclusive antes de que se iniciara esta democracia que hoy tiene ya 40 años.
Aquí, en este lugar sagrado para la memoria todos los años renovamos el compromiso contra la impunidad y el olvido. Aquí conmemoramos los sueños, los proyectos, las luchas y el sacrificio de toda una generación que buscaba una sola cosa: la felicidad del pueblo argentino.
47 años pasaron de esa terrible madrugada donde los genocidas simularon un traslado para fusilar cobardemente a una veintena de militantes políticos, militantes que sin especular ni titubear eligieron arriesgarlo todo, incluso la vida propia. Sin dudas, hay mucho que aprender de esa generación diezmada, el camino a recorrer debe hacerse con todas y todos, sabiendo que nuestro pueblo tiene necesidades impostergables que requieren de una militancia que reclame y accione en consecuencia.
40 años pasaron del retorno de la Democracia a nuestro país, 40 años de que el ex Presidente Alfonsín aseguró que “con la democracia se come, se educa y se cura”.
En estos cuarenta años nuestro país fue un vaivén entre gobiernos populares que garantizaron derechos, y gobiernos liberales que garantizaron concentración de riquezas, es así que pudimos dar grandes pasos, pero también atravesamos profundos periodos de crisis política, económica y social.
La democracia se ejerce todos los días, es ejerciendo la democracia que las organizaciones de derechos humanos luchamos contra la impunidad, luego con el acompañamiento de gobiernos valientes que reconocieron que el Estado había sido culpable de esos crímenes, pudimos juzgar a los responsables de la Dictadura civico-militar, condenar a más de mil genocidas y convertir las banderas de memoria, verdad y justicia en políticas de Estado. Sin embargo sigue siendo una deuda de la democracia que haya asesinos que mueran impunes, que aún hoy sigamos sin saber dónde están los cuerpos de las y los desparecidos, como así también donde están los más de 300 niños y niñas que fueron apropiados.
Hoy nuestra provincia cambia el gobierno luego de 16 años, durante la gestiones de Jorge Capitanich pudimos concretar grandes avances para el fortalecimiento de políticas públicas de derechos humanos, pudimos construir Espacios de Memoria nuevos, contar con querellas en representación del Estado para los Juicios por delitos de Lesa Humanidad, constituir el Programa de Asistencia a las Victimas e impulsar una cantidad de acciones que permitieron que las históricas banderas de memoria verdad y justicia sean políticas de Estado.
Sin embargo, tenemos la obligación de decir que nos quedaron muchas cosas por hacer, queda pendiente una ley que garantice la definitiva autonomía de la Comisión Provincial por la Memoria y sobre todo queda pendiente dar respuesta a la gran cantidad de trabajadoras y trabajadores, al igual que en otras dependencias del Estado, que hoy se encuentran en la angustiante situación de no tener certezas sobre sus puestos de trabajo. El trabajo digno y bien remunerado es uno de los derechos humanos básicos y elementales que debemos defender.
A las nuevas autoridades provinciales les decimos que estamos abiertos al diálogo, pero no vamos a permitir ningún retroceso en las políticas de Memoria, Verdad y Justicia. No queremos que este nuevo gobierno sea una versión provincial del Macrismo que sistemáticamente atacó la memoria histórica de nuestro pueblo, ni tampoco que busque mimetizarse con el Gobierno Nacional de Javier Milei y Victoria Villarruel, quienes reivindican y justifican el secuestro, tortura, violación y desaparición de personas.
Queremos que lo sepa Sr. Gobernador Leandro Zdero, en el Chaco no vamos a dar ni un solo paso atrás.
Nuestro país está en un momento crítico,la crisis heredada del gobierno de Mauricio Macri, por la gran deuda contraída con el FMI sumada a la mala gestión saliente que nunca pudo efectivizar una política contra la inflación y los daños que esta genera tuvo como resultado un alto nivel de frustración y descontento social.
Es así que los mismos intereses políticos y económicos que se enriquecieron y se hicieron millonarios durante la dictadura y la infame década menemista, volvieron con sus viejas recetas, pero esta vez disfrazada de rupturista y novedosa. Este capital financiero concentrado, valiéndose de su fenomenal aparato mediático, crearon el personaje de Javier Milei, que logró captar el descontento y bronca de buena parte de la ciudadanía para lograr el triunfo electoral.
Javier Milei dijo sin sonrojarse que “se viene el ajuste”, sacrificio doloroso que no lo harán los privados, sino el Estado. A no confundirse, los privados no son las empresas y comercios locales, el sector privado al que se refiere Milei son los que han colocado a sus CEOS como ministros y que vienen con el objetivo de engordar la rentabilidad de las grandes empresas por encima del interés colectivo. Ya conocemos esta historia, el resultado es siempre el mismo: ajuste, falta de trabajo, miseria y dolor para el pueblo.
En su asunción Javier Milei cito al genocida Roca y al racista Sarmiento, dijo explícitamente que quiere volver a 1920, años en los que las clases dominantes impulsaron y perpetraron las matanzas de obreros y pueblos originarios, como la Masacre de Napalpí, entre otras.
Ante este escenario,cada uno debe hacerse cargo de lo que le corresponde, arrancando por quienes han tenido mayores responsabilidades políticas, la dirigencia debe hacerse un fuerte autocritica de que acciones u omisiones permitieron el renacer de la derecha más recalcitrante.
A su vez la militancia debe tomar las riendas del tiempo que se viene, salir de las discusiones estériles y secundarias para realmente concentrar todos los esfuerzosen hacerle frente a la derecha fascista, construir una representación real y efectiva, no solo para defender las conquistas sociales, sino también para reconstruir el campo nacional y popular. Es con pluralidad y diversidad que saldremos a convocar a nuestro pueblo a ser artífice de su destino. Salgamos con la frente en alto y el corazón latiendo fuerte, tenemos una rica historia de luchas y victorias, que el dolor y bronca se conviertan en militancia para salir a transformarlo todo.
Salgamos a construir el país que nos merecemos, para que Nunca Más volvamos a rifar nuestro futuro, para que Nunca Más la mezquindad de cierta dirigencia nos empuje hacia el abismo neoliberal, para que Nunca Más permitamos que los financistas y principales beneficiarios de la dictadura gobiernen la Argentina. Y por sobre todas las cosas para que de una vez y para siempre, podamos cumplir el sueño de las y los 30.000, el sueño de la Patria Justa, Libre y Soberana.
NUNCA MÁS UN PIBE MUERTO POR LA POLICIA
NUNCA MÁS MUJERES ASESINADAS POR EL PATRIARCADO
NUNCA MÁS AJUSTE. NUNCA MÁS FMI
NUNCA MÁS MISERIA PLANIFICADA.
JUICIO Y CASTIGO A TODOS LOS GENOCIDAS
NO OLVIDAMOS. NO PERDONAMOS. NO NOS RECONCILIAMOS
30.000 COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS DETENIDOS DESAPARECIDOS
PRESENTES!AHORA Y SIEMPRE!
(Documento leído en el Acto por el 47° aniversario de la Masacre de Margarita Belén)